Armando Romero Báez
En el Territorio de Chequenco y Pidima las banderas negras, flamean gritando al viento, este dolor de la nación Mapuche.
En Chihuaihue ("Lugar de Niebla"), fue encontrado el cuerpo de Rodrigo Melinao Lican, ,26 años. Impactos de escopeta en el tórax causaron su muerte , consecuencia de la ejecución, a manos de los chacales, que entre las sombras, y la complicidad de los rábulas del poder, pretenden quedar impunes.
Para el pueblo mapuche este crimen, es otro hecho más que se suma a la política de extermino en el largo espacio de la muerte, es otra tumba en los bordes de una historia donde reina impune la barbarie, el genocidio… Rodrigo, era un prófugo en su propia tierra, un clandestino sin más patria que la oscuridad y el miedo.
Es velado en la comunidad Mapu Rayen (Tierra Florida) de Pidima, comuna de Ercilla. Insepulto aún bajo la lluvia, los granizo, el tenue sol…Rodrigo Melinao canta a los suyos, a la bruma que se dilata por los campos y ocultando los destellos de las estrellas….
Acaso el Estado chileno opresor se preocupara por el futuro de sus dos
pequeños hijos…que miran los cielos en busca de explicaciones, sobre la abrupta partida de su padre.
Al contemplar estos campos, estos caminos por donde Melinao caminase, por estas tierras usurpadas por este Estado genocida…por donde surcaran el dolor latente de esos niños, a que jugaran en medio del barro, que brazos los cobijaran en esas frías mañanas, del invierno del sur…donde quedaran las miles de preguntas, sin respuesta, lo silencio de los vientos que bajan desde las montañas.
Su mujer quedo sin la sombra, y la claridad de Melinao Lican, sin el aliento protector de su amado…quien responderá por esos, niños sin padre, mujer sin esposo, árboles cortados por las balas que no cesan de violentar el canto de los inocentes.
La ley de la tierra, el Ad Mapu, la escriben hoy las manos de esos niños heridos, de esas mujeres despojadas, golpeadas una y otra vez en la matriz y el corazón….el llanto de su madre, el dolor de su padre y hermanos.
Las palabras cambiaran esta historia diferente mañana…el olvido laudara marcando el paso del tiempo, de la muerte de Rodrigo para que sobre otro s peñis caiga los despojos de una justicia y un orden impúdicos
Cuantas huelgas de hambre, presos políticos, marchas y discursos llameantes, banderas al viento, disparos y persecuciones, surcaran los espacios del dolor… ante la gris mirada de una conciencia nacional que oscila entre el olvido y la cómoda, obsecuente indiferencia…donde la vida pareciese se regulada como bien de consumo.
Más allá de la protesta, la rabia, la pedrada, la bronca esculpida en la piel, se funde con la lluvia y el viento. No se puede confiar en un Estado de Derecho que no ha hecho sino empujar a mapuches y chilenos hacia un interminable fratricidio…donde los derechos de los niños son vulnerados, donde la justicia se mide por el poder ecónomico.
Doscientos años de la autoimpuesta república portaliana, entregando las tierras a los amos, sometiendo a la miseria al mapuche, engañados y burlados en sus derechos ancestrales.
Son Nuestros muertos que arden en la noche y en el día caminando sobre los pastos y el agua, los campos y vientos. Melinao , Lemun, Catrileo, Mendoza Collío, Huentecura, perseguidos y cazados por los vituperables, torturado y asesinado…sólo por el delito, de luchar por su derechos, que son los derechos del pueblo mapuche.
La partía al Wenuleufu, surcara la vía láctea que no sangra, pero que en silencio alumbra los estallidos del cielo. Los invisibles hilos de esta vida lacerada, a profanados los montes. , los campos. Cuando por fin amanezca en la memoria del sol, cantaran nuestros hermanos asesinados, y sus hijos pintaran los campos, de ese espíritu que no lauda en el olvido.